J Ubicación
geográfica e histórica
J Arquitectura
características y muestras artísticas
J Escultura
características y muestras artísticas
J Pintura
características y muestras artísticas
Ubicación geográfica e histórica
Situada en el noreste de África, en Oriente Próximo, limita al
norte con el mar Mediterráneo, al este con Israel y el mar Rojo, al sur con
Sudán y al oeste con Libia.
Hace unos 60.000
años, el río Nilo comenzó las inundaciones anuales de los terrenos de su
cuenca, dejando tras de sí un fértil suelo aluvial que permitieron el asentamiento
humano.
Periodos
J
Periodo
predinástico (o arcaico)
Las fuentes
arqueológicas muestran el nacimiento, hacia el 3200 a.C., de una fuerza
política dominante. Tras la finalización del reinado de Narmer (3100 a.C.),
siguieron la I y II Dinastías (3100-2755 a.C.), con al menos 17
reyes.
J
El Imperio Antiguo
(2755-2255 a.C.)
Comprende desde la
III hasta la VI Dinastía. Su capital estaba en Menfis. La religión
desempeñó un papel importante, como queda registrado en la mitología egipcia,
el gobierno había evolucionado hacia un sistema teocrático, en donde el faraón
era considerado un dios en la tierra, por lo que gozaba de un poder absoluto.
J
La edad de oro
La IV Dinastía se
inició con el faraón Snefru quien realizó campañas en Nubia, Libia y el Sinaí. Desarrolló
el comercio y la minería. Fue sucedido por su hijo Keops, quien erigió la Gran
Pirámide en Gizeh. Redjedef, su hijo, introdujo una divinidad asociada al
elemento solar (Ra o Re) en el título real y en el panteón religioso. Kefrén y Mikerinos
fueron conocidos por haber erigido dos de las pirámides de Gizeh.
J
El Imperio Medio
J
El Imperio Nuevo
Con la unificación
del territorio egipcio y la fundación de la XVIII Dinastía por Amosis I,
comenzó el Imperio Nuevo (1570-1070 a.C.). En una gran construcción en
Karnak, Amenhotep, separó su tumba del templo funerario e inició la costumbre
de ocultar su última morada. Tutmosis I continuó los avances del Imperio Nuevo
y reforzó la preeminencia del dios Amón; su tumba fue la primera en construirse
en el valle de los Reyes. Amenofis III edificó el gran templo de Amón en Luxor.
El fundador de la
XIX Dinastía fue Ramsés I. Ramsés II fue responsable de la mayor parte de las
construcciones en Luxor y Karnak, los templos esculpidos en la roca en Abu
Simbel y los santuarios en Abidos y Menfis. Ramsés III fue el fundador de la XX
Dinastía. Tras su muerte, el Imperio Nuevo decayó a causa del creciente poder
de los sacerdotes de Amón y del ejército.
Características
J
arquitectura
Durante las
primeras dinastías se construyeron importantes complejos funerarios para los
faraones en Abidos y Saqqara, a imitación de los palacios y templos. Los
jeroglíficos se encontraban por entonces en su primer nivel de evolución.
Las mastabas fueron
las tumbas de los miembros de la familia real, altos mandos, cortesanos y
funcionarios. Exteriormente parece una pirámide truncada de planta rectangular
que consta de una pequeña sala denominada sirdab, donde se guardaba la
estatua del difunto, considerada como un ser vivo, y la falsa puerta que
comunicaba el mundo de los muertos y de los vivos. Bajo tierra se encontraba la
cámara sepulcral, a la que se accedía por un pasaje que se sellaba una vez
depositado el cadáver.
En la III Dinastía los faraones iniciaron la construcción de
pirámides, que sustituyeron a las mastabas como tumbas reales. El arquitecto,
científico y pensador Imhotep construyó para el faraón Zoser el conjunto de
Saqqara; se trataba de una necrópolis integrada por una pirámide escalonada de
piedra y un grupo de templos, altares y dependencias afines. La gran pirámide
escalonada donde reposan los restos del faraón está compuesta de varias
mastabas superpuestas.
La arquitectura del
Imperio Antiguo puede considerarse monumental, dado que la caliza y el granito
locales se utilizaron para la construcción de edificios y tumbas de grandes
dimensiones. Empleaban bloques colosales de piedra, que se ajustaban a la
perfección sin utilizar argamasa, y empleaban medios de elevación que
desconocemos.
El conjunto monumental de Gizeh, donde fueron enterrados los
faraones de la IV Dinastía ,
pone de manifiesto la destreza y habilidad de los arquitectos egipcios y
muestran el esplendor de la civilización egipcia. Snefru emprendió la
construcción de la primera pirámide sin escalones. Keops fue el artífice de la
gran pirámide, que llegó a alcanzar en su momento 146 metros de altura y
está formada por cerca de 2,3 millones de bloques de piedra con un peso medio,
cada uno, de 2,5 toneladas. Su hijo Kefrén levantó una pirámide menor, y
Mikerinos fue el artífice de la tercera gran pirámide de este conjunto
monumental.
El fin que se
perseguía con las pirámides era preservar y proteger los cuerpos de los
faraones para la eternidad. Alrededor de las tres pirámides mayores de Gizeh
(Keops, Kefrén y Mikerinos) creció una necrópolis (ciudad de los muertos)
integrada por sepulcros denominados mastabas. De cubierta plana y paredes
inclinadas, recibieron ese nombre por su semejanza con las casas egipcias de
adobe en forma de pirámide truncada.
En la ribera occidental del Nilo, cerca de la necrópolis de Tebas,
se construyeron templos para el culto y honras fúnebres de los faraones.
Durante el Imperio Nuevo, los cuerpos de estos faraones se enterraron en tumbas
excavadas en la roca en el entorno denominado Valle de los Reyes, en el
desierto, con los templos funerarios o mortuorios a cierta distancia fuera del
valle.
Las tumbas del
Valle de los Reyes fueron excavadas en el interior de la roca, en un esfuerzo
por ocultar los sepulcros donde reposaban las momias de los faraones. Largos
pasajes y corredores, escaleras y cámaras funerarias fueron decorados con
relieves y pinturas de escenas de textos religiosos destinados a proteger y
amparar el espíritu del difunto para su próxima vida.
J
escultura
y relieve
Desde las primeras figuras de arcilla, hueso y marfil del periodo
predinástico, la escultura egipcia se desarrolló con gran rapidez. En la época
de Zoser se hicieron grandes estatuas de los faraones y gobernantes sobre las
que debían reposar los espíritus que perpetuaran la memoria de los difuntos.
Hieratismo, rigidez, formas cúbicas y frontalidad son las características
esenciales de la escultura egipcia. Primero se tallaba un bloque de piedra de
forma rectangular, y después se dibujaba en el frente y en las dos caras
laterales de la piedra la figura objeto de representación. La estatua resultante
era una figura destinada a ser vista principalmente de frente (ley de la
frontalidad).
El artista egipcio no buscaba la representación del movimiento.
Desde los primeros tiempos del periodo dinástico se tenía un perfecto
conocimiento de la anatomía humana, pero se le daba una forma idealizada. La
estatua sedente del faraón Kefrén presenta todas las características de la
escultura egipcia.
Los materiales
utilizados fueron la piedra, la madera y, en menor proporción, el metal. Las
superficies se pintaban; los ojos eran piezas incrustadas de otro tipo de
material, como el cristal de roca, que realzaba la apariencia de realidad que
pretendía transmitir la estatua. Tales representaciones iban destinadas
exclusivamente a los personajes importantes; existió otro tipo de obras que
representaban a los trabajadores en sus diversos oficios y a las mujeres
ocupadas en sus tareas domésticas. Todas eran para la tumba del difunto.
A finales de la IV Dinastía se
introdujo una tercera posición escultórica (además de las de pie y sentadas):
la del escriba sentado en el suelo con las piernas cruzadas. Otra invención del
Imperio Antiguo es el retrato de busto.
La escultura en
relieve servía a dos propósitos fundamentales: en los muros de los templos para
glorificar al faraón; en las tumbas para preparar al espíritu en su camino
hacia la eternidad. En las cámaras funerarias de las tumbas privadas es
frecuente la decoración con escenas del muerto ocupado en las actividades
cotidianas que desarrolló en vida. La forma de representación del cuerpo humano
en dos dimensiones (frente y perfil), tanto en relieve como en pintura, vino
determinada por el deseo de preservar la esencia de lo representado. Se
buscaba, por encima de todo, la eternidad frente a lo transitorio.
Los relieves solían pintarse para dar una mayor sensación de
realidad, siendo frecuente la inclusión en ellos de diversos detalles sólo
pintados, sin necesidad de haberlos tallado previamente en la roca. La pintura
de carácter meramente decorativo aparece muy raras veces en las piezas del
Imperio Antiguo que se han descubierto hasta el momento presente.
J
pintura
Mientras que el relieve se utilizó en el Imperio Nuevo
principalmente para la decoración de edificios religiosos, la pintura
predominará en la decoración de las tumbas privadas. Los ritos funerarios,
desde el cortejo fúnebre hasta las últimas plegarias elevadas a los espíritus
son representados. Uno de los elementos comunes en la pintura de las tumbas
tebanas, conocido ya en el Imperio Antiguo, es la representación del difunto
cazando y pescando, entretenimientos y actividades de las que desearía gozar
durante toda la eternidad.
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