domingo, 29 de septiembre de 2013

Egipto


J Ubicación geográfica e histórica
J Arquitectura características y muestras artísticas
J Escultura características y muestras artísticas
J Pintura características y muestras artísticas

Ubicación geográfica e histórica

Situada en el noreste de África, en Oriente Próximo, limita al norte con el mar Mediterráneo, al este con Israel y el mar Rojo, al sur con Sudán y al oeste con Libia.
Hace unos 60.000 años, el río Nilo comenzó las inundaciones anuales de los terrenos de su cuenca, dejando tras de sí un fértil suelo aluvial que permitieron el asentamiento humano.





Periodos
 J Periodo predinástico (o arcaico)
Las fuentes arqueológicas muestran el nacimiento, hacia el 3200 a.C., de una fuerza política dominante. Tras la finalización del reinado de Narmer (3100 a.C.), siguieron la I y II Dinastías (3100-2755 a.C.), con al menos 17 reyes.

J El Imperio Antiguo (2755-2255 a.C.)
Comprende desde la III hasta la VI Dinastía. Su capital estaba en Menfis. La religión desempeñó un papel importante, como queda registrado en la mitología egipcia, el gobierno había evolucionado hacia un sistema teocrático, en donde el faraón era considerado un dios en la tierra, por lo que gozaba de un poder absoluto.
J La edad de oro
La IV Dinastía se inició con el faraón Snefru quien realizó campañas en Nubia, Libia y el Sinaí. Desarrolló el comercio y la minería. Fue sucedido por su hijo Keops, quien erigió la Gran Pirámide en Gizeh. Redjedef, su hijo, introdujo una divinidad asociada al elemento solar (Ra o Re) en el título real y en el panteón religioso. Kefrén y Mikerinos fueron conocidos por haber erigido dos de las pirámides de Gizeh.
J   El Imperio Medio
El arte egipcio se hizo más local, y no se construyó ningún complejo funerario destacado. Esta época se considera la edad de oro de la literatura egipcia.


J El Imperio Nuevo
Con la unificación del territorio egipcio y la fundación de la XVIII Dinastía por Amosis I, comenzó el Imperio Nuevo (1570-1070 a.C.). En una gran construcción en Karnak, Amenhotep, separó su tumba del templo funerario e inició la costumbre de ocultar su última morada. Tutmosis I continuó los avances del Imperio Nuevo y reforzó la preeminencia del dios Amón; su tumba fue la primera en construirse en el valle de los Reyes. Amenofis III edificó el gran templo de Amón en Luxor.
El fundador de la XIX Dinastía fue Ramsés I. Ramsés II fue responsable de la mayor parte de las construcciones en Luxor y Karnak, los templos esculpidos en la roca en Abu Simbel y los santuarios en Abidos y Menfis. Ramsés III fue el fundador de la XX Dinastía. Tras su muerte, el Imperio Nuevo decayó a causa del creciente poder de los sacerdotes de Amón y del ejército.

Características

J arquitectura
Durante las primeras dinastías se construyeron importantes complejos funerarios para los faraones en Abidos y Saqqara, a imitación de los palacios y templos. Los jeroglíficos se encontraban por entonces en su primer nivel de evolución.
Las mastabas fueron las tumbas de los miembros de la familia real, altos mandos, cortesanos y funcionarios. Exteriormente parece una pirámide truncada de planta rectangular que consta de una pequeña sala denominada sirdab, donde se guardaba la estatua del difunto, considerada como un ser vivo, y la falsa puerta que comunicaba el mundo de los muertos y de los vivos. Bajo tierra se encontraba la cámara sepulcral, a la que se accedía por un pasaje que se sellaba una vez depositado el cadáver.
En la III Dinastía los faraones iniciaron la construcción de pirámides, que sustituyeron a las mastabas como tumbas reales. El arquitecto, científico y pensador Imhotep construyó para el faraón Zoser el conjunto de Saqqara; se trataba de una necrópolis integrada por una pirámide escalonada de piedra y un grupo de templos, altares y dependencias afines. La gran pirámide escalonada donde reposan los restos del faraón está compuesta de varias mastabas superpuestas.
La arquitectura del Imperio Antiguo puede considerarse monumental, dado que la caliza y el granito locales se utilizaron para la construcción de edificios y tumbas de grandes dimensiones. Empleaban bloques colosales de piedra, que se ajustaban a la perfección sin utilizar argamasa, y empleaban medios de elevación que desconocemos.
El conjunto monumental de Gizeh, donde fueron enterrados los faraones de la IV Dinastía, pone de manifiesto la destreza y habilidad de los arquitectos egipcios y muestran el esplendor de la civilización egipcia. Snefru emprendió la construcción de la primera pirámide sin escalones. Keops fue el artífice de la gran pirámide, que llegó a alcanzar en su momento 146 metros de altura y está formada por cerca de 2,3 millones de bloques de piedra con un peso medio, cada uno, de 2,5 toneladas. Su hijo Kefrén levantó una pirámide menor, y Mikerinos fue el artífice de la tercera gran pirámide de este conjunto monumental.
El fin que se perseguía con las pirámides era preservar y proteger los cuerpos de los faraones para la eternidad. Alrededor de las tres pirámides mayores de Gizeh (Keops, Kefrén y Mikerinos) creció una necrópolis (ciudad de los muertos) integrada por sepulcros denominados mastabas. De cubierta plana y paredes inclinadas, recibieron ese nombre por su semejanza con las casas egipcias de adobe en forma de pirámide truncada.
En la ribera occidental del Nilo, cerca de la necrópolis de Tebas, se construyeron templos para el culto y honras fúnebres de los faraones. Durante el Imperio Nuevo, los cuerpos de estos faraones se enterraron en tumbas excavadas en la roca en el entorno denominado Valle de los Reyes, en el desierto, con los templos funerarios o mortuorios a cierta distancia fuera del valle.
Las tumbas del Valle de los Reyes fueron excavadas en el interior de la roca, en un esfuerzo por ocultar los sepulcros donde reposaban las momias de los faraones. Largos pasajes y corredores, escaleras y cámaras funerarias fueron decorados con relieves y pinturas de escenas de textos religiosos destinados a proteger y amparar el espíritu del difunto para su próxima vida.




J escultura y relieve
Desde las primeras figuras de arcilla, hueso y marfil del periodo predinástico, la escultura egipcia se desarrolló con gran rapidez. En la época de Zoser se hicieron grandes estatuas de los faraones y gobernantes sobre las que debían reposar los espíritus que perpetuaran la memoria de los difuntos. Hieratismo, rigidez, formas cúbicas y frontalidad son las características esenciales de la escultura egipcia. Primero se tallaba un bloque de piedra de forma rectangular, y después se dibujaba en el frente y en las dos caras laterales de la piedra la figura objeto de representación. La estatua resultante era una figura destinada a ser vista principalmente de frente (ley de la frontalidad).
El artista egipcio no buscaba la representación del movimiento. Desde los primeros tiempos del periodo dinástico se tenía un perfecto conocimiento de la anatomía humana, pero se le daba una forma idealizada. La estatua sedente del faraón Kefrén presenta todas las características de la escultura egipcia.
Los materiales utilizados fueron la piedra, la madera y, en menor proporción, el metal. Las superficies se pintaban; los ojos eran piezas incrustadas de otro tipo de material, como el cristal de roca, que realzaba la apariencia de realidad que pretendía transmitir la estatua. Tales representaciones iban destinadas exclusivamente a los personajes importantes; existió otro tipo de obras que representaban a los trabajadores en sus diversos oficios y a las mujeres ocupadas en sus tareas domésticas. Todas eran para la tumba del difunto.
A finales de la IV Dinastía se introdujo una tercera posición escultórica (además de las de pie y sentadas): la del escriba sentado en el suelo con las piernas cruzadas. Otra invención del Imperio Antiguo es el retrato de busto.
La escultura en relieve servía a dos propósitos fundamentales: en los muros de los templos para glorificar al faraón; en las tumbas para preparar al espíritu en su camino hacia la eternidad. En las cámaras funerarias de las tumbas privadas es frecuente la decoración con escenas del muerto ocupado en las actividades cotidianas que desarrolló en vida. La forma de representación del cuerpo humano en dos dimensiones (frente y perfil), tanto en relieve como en pintura, vino determinada por el deseo de preservar la esencia de lo representado. Se buscaba, por encima de todo, la eternidad frente a lo transitorio.
Los relieves solían pintarse para dar una mayor sensación de realidad, siendo frecuente la inclusión en ellos de diversos detalles sólo pintados, sin necesidad de haberlos tallado previamente en la roca. La pintura de carácter meramente decorativo aparece muy raras veces en las piezas del Imperio Antiguo que se han descubierto hasta el momento presente.




J pintura
Mientras que el relieve se utilizó en el Imperio Nuevo principalmente para la decoración de edificios religiosos, la pintura predominará en la decoración de las tumbas privadas. Los ritos funerarios, desde el cortejo fúnebre hasta las últimas plegarias elevadas a los espíritus son representados. Uno de los elementos comunes en la pintura de las tumbas tebanas, conocido ya en el Imperio Antiguo, es la representación del difunto cazando y pescando, entretenimientos y actividades de las que desearía gozar durante toda la eternidad.






No hay comentarios:

Publicar un comentario